Estamos viviendo un fenómeno tan asombroso como molesto, que es el desgobierno en SELAE y lo que afecta a los cambios de titularidad de las Administraciones de Loterías.
Ya sabemos que para SELAE – lo hemos comentado anteriormente – este proceso que para las partes tiene una implicación económica importante y un arduo trabajo, no es más que un trámite consistente en reunir una serie de requisitos y presentar una documentación concreta. Cumpliendo los requisitos, SELAE concede los cambios precisos.
Este proceso ha tardado tradicionalmente una media de ocho semanas. Y ya nos parecía mucho. Se entregan los documentos, se pasan una serie de trámites (cumplir con las medidas de seguridad, darse de alta en el seguro, abrir cuenta bancaria…), los documentos pasan por una serie de departamentos y SELAE lo concede. Los retrasos han venido generalmente por dos atascos. Uno, el atasco en el área Jurídica de SELAE, y dos, el hecho de que todas las firmas se realizan por una sola persona. Inicialmente, todos los documentos los firmaba el presidente en persona, lo que producía un atraso grande. Después fueron cambiando las responsabilidades, pero seguía dependiendo de un único firmante y su disponibilidad.
Nunca hemos comprendido como es posible que en SELAE no dispongan de varios apoderados para firmar estos trámites. Con la correspondiente revisión de documentos, que es necesaria y comprensible, este proceso no debería tardar más de quince días, y hacia ello debería tender SELAE.
Sin embargo, nuestra sorpresa es mayúscula cuando en estos momentos está tardando CINCO MESES en conceder los cambios. ¿Cuál es el motivo de este retroceso? Ha habido dos, que han sumido los procesos en el caos. Uno, una serie de cambios exigidos por el departamento jurídico que han decidido aplicar retroactivamente, lo que ha provocado que muchos cambios avanzados hayan tenido que volver casi al punto de salida. Y un segundo motivo, que en SELAE han tenido un cambio organizativo de forma que, como nos han asegurado en la propia sociedad, ¡no sabían a quién le correspondía firmar!. Así, la responsabilidad de firma ha quedado en el aire durante varias semanas, con la consiguiente acumulación de cambios por firmar.
Esto lo que provoca es dar una imagen muy chapucera, de pura improvisación, que no se corresponde con una de las sociedades más importantes del Estado, que desde luego no es la mejor bienvenida para los nuevos titulares. Se ha de tener en cuenta que por un lado los cedentes del punto de venta tienen que continuar con sus proyectos y se ven prisioneros de una Administración que ya no quieren durante un tiempo indefinido, frenando todas sus expectativas vitales. Y por parte del cesionario, que ha pagado su dinero previo a la entrega de documentación en SELAE, supone una espera injustificada y muchas veces un perjuicio económico importante.
Ante esto, no queda más que solicitar a SELAE más celeridad en el proceso, más transparencia y más eficacia. Y a los afectados, sólo nos queda ponernos a su disposición para prestar el mejor asesoramiento. Es un proceso ya de por sí algo complejo, que en estos momentos se complica más, creando una sensación de desamparo entre aquellos que no han contado de inicio con el asesoramiento profesional más especializado.